Toyota toca el límite de su capacidad de producción y pide el ok a Japón para ampliar

La automotriz Toyota tiene en su fábrica de Zárate un techo de producción de 140.000 unidades por año. De allí salen las pick ups Hilux y la variante SUV de ese modelo, la SW4. Un tercer modelo que se fabrica en Zárate es una variante deportiva de la Hilux, la Gazoo Racing, un modelo que fue diseñado por ingenieros argentinos en esa misma fábrica y es producida en series limitadas.

Pero aun si en la línea de producción fueran incorporados otro tipo de vehículos (ya se especuló en su momento con la “van” Innova, y ahora están testeando si tiene potencial comercial la Hiace) la fábrica ubicada en el norte bonaerense tiene hoy un tope. El proyecto que está llevando adelante la filial de la automotriz japonesa consiste, precisamente, en subir ese techo a unas 160.000 unidades por año. Y la manera en que busca obtener esa inversión es mostrarle a su casa matriz que ya no dan abasto.

“Hoy somos el productor y exportador número uno del sector, con más de 6.500 personas y 140.000 unidades. Y estamos superando el récord de producción para pedir 20.000 unidades”, afirmó Daniel Herrero, titular de la filial argentina de Toyota. Fue el miércoles, durante un encuentro online convocado por el Rotary Club de Buenos Aires.

No es la primera vez que en Toyota hablan de ampliar la capacidad de producción. El proyecto ya estaba en carpeta a fines de 2015, cuando estaba recién re inaugurada la fábrica, tras una inversión de 800 millones de dólares y alcanzar las 140.000 unidades por año era todavía un objetivo lejano. Pero en 2019 la automotriz tocó su propio techo, con unos cuantos fines de semana de horas extra y una producción total de 145.000 unidades. La pandemia congeló el pedido de una inversión para nuevas ampliaciones, pero ahora están volviendo a la carga.

“Lo que se quiere es alcanzar el máximo de capacidad productiva para después pedir más capacidad”, dijeron fuentes de la empresa.

 

 

Sin secundario

Herrero fue el orador de fondo, el miércoles, de una edición del ciclo “Charlas del Rotary Club de Buenos Aires”, que se desarrolló por zoom. Además de los planes de ampliación, Herrero proporcionó un dato preocupante: dijo que, en sintonía con “algunos proyectos que tenemos a futuro”, en la automotriz están buscando tomar 200 nuevos empleados. Y que les está costando reunir esa cantidad de candidatos con los requisitos mínimos de ingreso que hoy se exige en este tipo de industria.

“Durante la pandemia tomamos 500 personas más (para reemplazar a los ausentes por cuestiones de salud o edad) y queremos tomar otras 200, por algunos proyectos que tenemos a futuro”, dijo Herrero. “Pero se nos hace difícil en nuestra área geográfica encontrar esas 200 personas con secundario completo, porque en Buenos Aires se perdió el valor de un secundario. Y se les hace difícil hasta leer un diario. Tenemos que trabajar, con nuestra responsabilidad social, en la educación de la Argentina hacia el futuro”.

Herrero, quien además preside la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA), esquivó definiciones incómodas sobre la situación económica, pero igual no se privó de alguna ironía. En un momento de la charla, la moderadora Clara Mariño le consultó sobre los proyectos de la industria automotriz local para impulsar la llegada de más modelos a propulsión eléctrica o híbrida (los cuales hoy ya cuentan con un beneficio arancelario).

“El país tiene que tener una política energética destinada a ese objetivo común que es el carbono neutral. La Argentina está hoy desarrollando la ley de Electromovilidad, que es la que nos va a dar a todos esa previsibilidad sobre donde tenemos que ir. El camino es irreversible”, dijo Herrero. Y agregó: “Hoy un auto que vendemos en la Argentina tiene un 55% de impuestos, de modo que hay un lugarcito ahí para subvencionar ese cambio climático”, dijo, entre risas.

Fuente: Clarín

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