La memoria que no calla

Cada 24 de marzo, Argentina se viste de memoria. En las calles, en las plazas, en las voces que resisten el olvido, late el eco de una historia que marcó a fuego la identidad del país. No es un día cualquiera. Es el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, un recordatorio imborrable de lo que fue, de lo que no debe volver a ser.

En la madrugada del 24 de marzo de 1976, un golpe de Estado silenció la democracia. Las radios transmitieron la voz grave de los militares anunciando el inicio de la dictadura. Las casas se llenaron de miedo, las calles de silencio y los nombres de muchos quedaron atrapados en listas de persecución.

Fueron años oscuros. Secuestros, desapariciones, censura. La voz del pueblo fue apagada a la fuerza, pero nunca del todo. En las sombras, madres y abuelas comenzaron a buscar a sus hijos y nietos. Caminaban con fotos en la mano, con pañuelos blancos como estandartes de amor y resistencia. No se detuvieron, no se rindieron.

Hoy, el 24 de marzo es un día de lucha, de reflexión, de gritos que atraviesan generaciones. Es el día en que la memoria se convierte en bandera, en el que los desaparecidos vuelven a estar presentes en cada marcha, en cada nombre pronunciado en voz alta. Porque mientras haya quienes recuerden, la historia no podrá repetirse.

Nunca Más.

En Argentina, la memoria no calla.

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