Arraigo y la conectividad situada, por Pablo Fontdevila

Tras la presentación del proyecto Buenos Aires Conectada presentado por el senador provincial Francisco “Paco” Durañona, seguimos reflexionando desde Movimiento Arraigo acerca del acceso a las tecnologías y a la conectividad como un derecho básico y elemental.
Hace tiempo ya que la automatización de distintos servicios y el acceso remoto del pueblo a trámites virtuales se ha expandido involucrando a amplios sectores de la sociedad. Este fenómeno, a pesar de su importante despliegue, nos llega a todos por igual. Hay tanto cortes que son de naturaleza económica y social así como geográfico-territorial.
Es sabido que las grandes compañías que manejan las telecomunicaciones, en un país que desde la privatización de ENTEL ha dejado la provisión de estos servicios al sector privado, han desarrollado distintas estrategias para generalizar el acceso a la telefonía celular y luego a la gestión de datos e Internet pero lo han hecho con costos tarifarios que los hacen inaccesibles para los sectores populares, incursionando por ello y como paliativo en los servicios pre-pagos.
Por lo demás, y guiados exclusivamente por la rentabilidad de sus negocios, han privilegiado la inversión en los grandes conglomerados urbanos dejando a buena parte del territorio nacional con servicios de baja calidad y tecnologías ya obsoletas como 3G.
Con el advenimiento de la crisis del COVID19, se desnudaron por completo esas limitaciones del dispositivo de gestión de los servicios asociados con las telecomunicaciones, dado que el acceso a la conectividad y a Internet, se han transformado en una necesidad vital para la población, no solo por ser un vehículo imprescindible para sostener el sistema educativo en funcionamiento, sino además para acceder a la provisión de alimentos y a otros servicios imprescindibles.
Desde una mirada que sostiene la necesidad del desarrollo armónico de Argentina, el Movimiento Arraigo viene insistiendo en el hecho de que las desigualdades regionales del país han generado migraciones internas masivas tratando de acercarse a la Ciudad de Buenos Aires, que aunque puede exhibir ingresos per cápita superiores a las del interior argentino profundo, no es capaz de darle en su entorno a los migrantes una mejor calidad de vida, generando en forma sistemática procesos de hacinamiento, baja calidad estructural de la construcción urbana así como servicios de salud, educación, transporte y seguridad de baja calidad. Todo lo cual se refleja también en el limitado acceso a las telecomunicaciones.
Para superar esta lacerante realidad del país, Arraigo promueve el fortalecimiento de la construcción social, de los lazos solidarios y de la infraestructura de servicios de los pequeños y medianos conglomerados urbanos.
Ello supone promover el sistema universitario extendido, de calidad y gratuito que se viene construyendo a partir del Decreto Nº 29.337 que firmó Juan Domingo Perón en 1949 para garantizar la gratuidad de la educación superior. Ello evita que los jóvenes abandonen el lugar donde nacieron y vivieron para progresar en su formación profesional.
Pero se requiere además favorecer la producción local de alimentos, vestimenta, tierra, vivienda y servicios así como destinar los recursos públicos a fortalecer a las pequeñas y medianas empresas radicadas localmente. Desde esa óptica, los servicios públicos deben acompañar estas estrategias del arraigo con tarifas que no dañen ni la actividad productiva ni el consumo personal de los habitantes.
Por esas razones Arraigo sostiene:
- a.- Las tarifas de servicios públicos esenciales no pueden ser el vehículo del lucro privado y deben someterse a un estricto control de precios y calidad. El concepto de empresa estatal testigo es aplicable en estos casos.
- b.- El Congreso Nacional debe concluir el debate que propone la redefinición de los servicios de telecomunicaciones y en particular la conectividad a Internet como un Servicio esencial, cuya tarifa estará por esa razón sujeta a regulaciones estatales.
- c.- Debe declararse el derecho del pueblo argentino al acceso universal a la banda ancha de Internet, que se ha transformado por imperio del avance tecnológico en un bien de consumo imprescindible para la vida social
- d.- En este orden de consideraciones, el Fondo Fiduciario para el Servicio Universal de las Telecomunicaciones creado cuando la ya mencionada privatización de ENTEL, debe fortalecerse con la incorporación como contribuyentes de las empresas de plataforma y de todas aquellas compañías que venden servicios a través de la conectividad que pagan los vecinos.
- e.- Ese fondo permitirá financiar la Asignación Universal para el Conocimiento -AUC- esto es el acceso gratuito e ilimitado de los estudiantes y docentes de todos los niveles educativos a la banda ancha de internet. Incluidos los edificios escolares de gestión pública.
- f.- En el mismo sentido la AUC cubrirá gratuitamente las necesidades de conectividad de las familias beneficiarias de la AUH y del IFE
- g.- La empresa estatal ARSAT que gestiona los servicios satelitales de telecomunicaciones y ha construido buena parte de la Red Nacional de Conectividad troncal, tomará bajo su responsabilidad completar el anillo de Fibra Óptica que enlace al 100% de las localidades urbanas del país, especialmente a todas aquellas que por su tamaño no resultan apetecibles al lucro privado.
Debemos tener presente que una política de arraigo de la población en su territorio de origen permitirá construir un país más sustentable, más solidario y más igualitario. La lucha por la igualdad, dijo la Presidente Cristina Fernández ha cruzado la historia de la Argentina desde la independencia. Sigue siendo nuestro norte.
Fuente: Facebook Movimiento Arraigo
