Una arequera en la NASA: Daniela Maradei, parte del equipo argentino campeón mundial de ingeniería aeroespacial

En pocas líneas
- Daniela Maradei, estudiante de Ingeniería Mecánica y oriunda de San Antonio de Areco, fue parte del equipo del ITBA que se consagró campeón en el Mundial de Ingeniería Aeroespacial organizado por la NASA.
- Diseñaron un satélite del tamaño de una lata, lo lanzaron con éxito en Virginia (EE.UU.) y representaron a toda Latinoamérica.
- En esta nota, Daniela cuenta cómo vivió la experiencia y qué sueña para su futuro.
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“Argentina hizo historia.” Así comienza la nota que publicó Página/12 para contar el logro de diez estudiantes del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) que, representando al país y a toda América Latina, se consagraron campeones en el Mundial de Ingeniería Aeroespacial organizado por la NASA y la American Astronautical Society, en Virginia, Estados Unidos.
Entre ellos está Daniela Maradei, nacida y criada en San Antonio de Areco, estudiante de Ingeniería Mecánica, quien fue parte fundamental del equipo que diseñó y lanzó un CanSat: un satélite del tamaño de una lata de gaseosa, capaz de simular una misión aeroespacial completa.
El satélite argentino contaba con un sistema de autogiro para un descenso controlado, telemetría en tiempo real y una cámara a bordo que registró cada segundo del vuelo. El software para procesar la información fue desarrollado íntegramente por el equipo. Argentina fue el único país latinoamericano en la competencia, en la que también participaron universidades de Estados Unidos, Turquía, Taiwán, India y Canadá.
Desde Buenos Aires, aún procesando lo vivido, Daniela conversó con esta productora y compartió cómo se vivió esa jornada inolvidable:
“La verdad fue una locura total, fue una experiencia única. Durante la competencia, en el día del lanzamiento, nosotros sabíamos que nos había ido bien porque por suerte el lanzamiento fue súper exitoso, pero creo que jamás nos hubiésemos imaginado que íbamos a quedar primeros. Entonces la emoción del momento fue total y bueno, después toda la repercusión que tuvo esta noticia nos llegó muy de sorpresa, no nos esperábamos, así que todavía estamos un poco procesando todo lo que pasó, fue todo muy rápido”.
Daniela contó que el equipo comenzó a trabajar en enero y que todo el proceso implicó presentaciones técnicas previas, tal como lo exige el certamen que simula una misión espacial real, a escala.
“La competencia nosotros empezamos a trabajar en enero. El equipo se armó el año pasado, pero empezamos a trabajar en enero y tuvimos que hacer bastantes entregas porque la idea de la competencia es recrear una misión aeroespacial a escala. Entonces tuvimos que hacer un montón de entregas previas al lanzamiento presentando distintos trabajos que finalmente conducen al lanzamiento que se hizo en Virginia, Estados Unidos. Y bueno, fueron muchos meses de trabajo que se condensan en dos minutos. Entonces es muy emocionante”.
Sobre el trabajo interdisciplinario, destacó:
“El trabajo que tuvimos tan interdisciplinario fue una ventaja que nos puso por encima de muchos de los equipos que por ahí tenían menos variedad de ingeniería, porque todos éramos expertos en un área. Entonces pudimos enfocarnos mucho en el detalle y generar un diseño muy avanzado técnicamente”.
Esta edición del CanSat Competition fue la cuarta participación del ITBA. El equipo del año pasado terminó en quinto lugar, un resultado también destacado, y fueron justamente ellos quienes se encargaron de seleccionar a los integrantes del equipo actual. Daniela, aunque conocía a algunos compañeros de la carrera, se enfrentó al desafío de coordinar con personas que hasta ese momento no conocía:
“Yo, por mi parte, conocía a los chicos de mecánica, porque, bueno, cursamos juntos, pero al resto del equipo hasta que no empezamos a trabajar en esto no los conocía, así que fue un proceso increíble poder obtener un resultado tan bueno con gente que no conocía”.
Consultada sobre su futuro, Daniela no duda:
“A mí me apasiona Ingeniería Mecánica por esta posibilidad que te otorga de poder aplicar tus conocimientos en el área que más te interese. Es una carrera súper general y súper técnica que te forma con una base excelente y a mí me encanta esta amplitud de opciones que te presenta. […] Me faltan aproximadamente dos años para recibirme y, una vez que me reciba, me encantaría poder continuar formación en Estados Unidos.
Hay un montón de empresas e instituciones muy buenas en Estados Unidos para seguir aprendiendo y desarrollándose en esta área, pero no es limitante. Todo lo aeroespacial es un movimiento que está creciendo un montón actualmente a nivel mundial, entonces las posibilidades son muy amplias”.
El momento del anuncio, según relata, fue inolvidable:
“El momento del anuncio fue muy tensionante porque durante la premiación lo que se hace es mencionar a los mejores cinco equipos, se empieza desde el quinto puesto y se va subiendo. Entonces, nosotros sabíamos que más dentro de todo nos había ido bien. Pero cuando ya habían nombrado hasta el segundo equipo, yo lo primero que pensé fue como, bueno, nos fue bien.
Entonces yo en ese momento me relajé. Y bueno, después cuando anunciaron el primer equipo, fue como más sorpresivo, porque yo ya estaba mentalizada en que no iba a pasar.
Entonces nos emocionamos mucho todos cuando lo anunciaron y bueno, lo primero fue festejar con mis compañeros.
Y después agarré el celular y les mandé una foto con el trofeo. Yo toda emocionada a mi familia y a mi novio. Y después hice el celular y seguí disfrutando con mis compañeros”.
Los mensajes de felicitación no tardaron en llegar. Daniela asegura que fue muy emocionante recibir palabras de orgullo de personas conocidas y también de desconocidos.
Sobre su regreso a Areco, dejó una promesa:
“Todavía no lo sé, pero seguramente pronto. Mi papá es de Villa Lía y solemos ir seguido a su casa, así que probablemente en una semana ya andaré por allá”.
Y así, en medio de un cierre de cuatrimestre, con parciales y entregas que siguen como si nada hubiera pasado, Daniela Maradei, arequera y argentina, sigue haciendo historia. Y de paso, nos hace recordar -una vez más- que el talento y la pasión pueden llegar bien alto. Incluso al espacio.