Editorial: “La lucha no es solo contra las aguas, sino contra quienes olvidan que detrás de cada obra hay familias que necesitan soluciones”

por Ricardo Sceppacuercia

El ruido de las máquinas ya resuena en la Ruta 8. Donde antes solo había tierra y promesas, hoy el obrador comienza a dar forma al tan esperado puente Norberto de la Riestra. Desde el aire, las imágenes captadas por un dron revelan un escenario claro: una gran estructura que, cuando esté terminada, cambiará para siempre la movilidad y la seguridad de la región.

Desde esta vista privilegiada, se observa cómo el río, cuando está encajonado, fluye sin problemas. Pero cuando crece, golpea con fuerza la margen izquierda, desbordando su cauce y amenazando todo a su paso. En la margen derecha, la calle de Zerboni, que se convierte en Smith, será parte fundamental del nuevo trazado vial.

Las imágenes no dejan lugar a dudas. En el centro, una isla de tierra señalada con el número 40 será clave para el sostén del puente. Justo al lado, en amarillo, se distingue la gran estructura que cruzará el río. Actualmente, ese terreno pertenece a Vialidad y al Club Huracán, pero pronto cambiará su función. Se abrirá un nuevo paso de 96 metros de ancho, un cambio que promete mejorar la infraestructura y prevenir futuras inundaciones.

“Miren, se ve clarito, qué linda imagen, ¿no? Ahí está todo lo que se va a cortar”, decimos mientras observamos los planos. Es cierto que el Club Huracán perderá una pequeña porción de su cancha, pero el beneficio será inmenso: un río más libre, un flujo más ordenado y menos riesgo para la ciudad. Se discutió la posibilidad de construir un puente similar al de la Ruta 41, de una sola pieza, pero finalmente se optó por esta solución, que ya está en marcha.

Sin embargo, cuando todo parecía encaminarse, surge un obstáculo inesperado. Un abogado, cuyo nombre resuena en más de una controversia local, ha enviado cartas documento a las empresas responsables de la obra. Pese a haber sido sancionado y suspendido en su profesión, insiste en frenar el avance con argumentos burocráticos. Terza, la empresa a cargo del puente, así como la compañía responsable de la ampliación del río Areco y la municipalidad, han sido blanco de sus acciones legales.

“Yo digo, a veces me pongo a pensar cuando dicen que uno defiende su pueblo, pero este abogado…”. Lo cierto es que, con cada carta documento, el progreso se retrasa. Y mientras tanto, el agua sigue su curso, las lluvias no esperan, las inundaciones acechan. La comunidad de San Antonio de Areco debe estar alerta. No podemos permitir que intereses personales frenen el bienestar de todos.

Hoy, la lucha no es solo contra las aguas, sino contra quienes, en su afán de obstaculizar, olvidan que detrás de cada obra hay familias que necesitan soluciones. El puente avanza, y con él, la esperanza de una ciudad más segura. Que nadie nos detenga.

El intendente Francisco Ratto también se pronunció al respecto, dejando en claro su postura frente a estos intentos de frenar la obra:

“Me ha llegado una carta documento que todavía no leí. Si esta persona cree que va a detener las obras porque le divierte que nos inundemos todos, que sepa que va a encontrar mucha resistencia, no solo de los vecinos afectados, sino también de aquellos que quieren que la comunidad viva bien. Y por supuesto, de este intendente municipal. No le doy crédito ni importancia a lo que ha hecho. Es una persona extremadamente conflictiva, cuyo único objetivo parece ser que estemos todos peleados. Pero eso no va a suceder. Que los vecinos estén tranquilos, porque la obra va a continuar”.

Además, destacó los avances de los trabajos en la región y su impacto positivo: “Las obras del ensanche siguen, se ve el movimiento de las máquinas cada vez más lejos, alejándose del puente de la 41. Esa obra nos trajo muchas soluciones en la última crecida y ahora vamos por más. Primero terminaremos el aliviador de la 41, luego avanzaremos con el ensanche y, finalmente, el aliviador de la Ruta 8. Vamos a llevar tranquilidad a más de 4.000 vecinos”.

Finalmente, el intendente fue categórico respecto a los intentos de obstaculizar los trabajos: “Si alguien cree que puede detener estas obras fundamentales para miles de personas, lo único que va a lograr es retrasarlas. Y lo que menos queremos los inundados es eso. No sé, tal vez le encanta que la gente se inunde y la pase mal. Pero que me mande todas las cartas documento que quiera. Si quiere gastar plata en eso, que lo haga. Lo que está claro es que las obras del río se hacen. Trabajamos mucho para que se retomen, junto con los vecinos, la empresa, los propietarios de los campos, la provincia y el municipio. Así que, sinceramente, que se dedique a otra cosa. No sé, que haga Ikebana, pan de masa madre… pero que se deje de joder”.