Derrota legislativa y movilización en las calles de todo el país: Areco Presente

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San Antonio de Areco tuvo voz propia en una jornada que marcó un hito político y social en el país. La Universidad Nacional de San Antonio de Areco (UNSAdA) participó activamente de la multitudinaria movilización en defensa de la universidad pública y ya el día anterior había realizado un apagón simbólico como gesto de rechazo al ajuste. En sus redes, la institución destacó el papel histórico de la educación como motor de movilidad social y reafirmó que su defensa es condición indispensable para garantizar un futuro más justo.

El rector Jerónimo Ainchil profundizó esa posición al señalar que lo anunciado por el gobierno nacional en materia presupuestaria no alcanza ni siquiera a cubrir los gastos de este año, mientras que la propuesta para 2026 resulta aún más baja que la de 2024. Enfatizó que la universidad sigue funcionando gracias al esfuerzo de docentes y no docentes que sostienen la institución con salarios depreciados y de estudiantes que enfrentan mayores dificultades por la suba de transporte y alimentos, sin que las becas nacionales se actualicen.

También defendió la transparencia del sistema universitario frente a las acusaciones de mala administración, recordando que todos los gastos se registran en sistemas de control del ministerio. Y amplió la mirada: el ajuste, dijo, no se limita a las universidades, sino que alcanza también a la salud, la ciencia y la tecnología.

En las redes la UNSAdA se publicó la declaración titulada: “El sueño de un país, el grito de una nación. Gracias Argentina”

La Cámara de Diputados rechazó los vetos presidenciales a la Ley de Financiamiento Universitario y a la Emergencia en Salud Pediátrica, con el Hospital Garrahan como epicentro de la disputa. El primero cayó por 181 votos contra 60 y el segundo por 174 a 67.

Ahora será el Senado quien defina si las leyes se reponen, en lo que podría constituir un duro revés para la estrategia del presidente Javier Milei.

En paralelo, las calles acompañaron con la misma contundencia. La Marcha Federal Universitaria desbordó la Avenida de Mayo y las inmediaciones del Congreso con docentes, estudiantes, trabajadores del Garrahan, gremios, vecinos de a pie y jubilados que, como cada miércoles, protestaron contra el ajuste. La confirmación de las votaciones se celebró con una ovación que recorrió las columnas movilizadas.

El rechazo a los vetos fue posible porque la oposición alcanzó los dos tercios necesarios para imponer su mayoría. La clave estuvo en que varios legisladores que suelen acompañar al oficialismo se desmarcaron y votaron en contra.

Entre los casos más resonantes se ubicaron Silvia Lospennato, del PRO, que marcó diferencias dentro de su propio bloque; los radicales Mariano Campero y Federico Tournier, que respaldaron la emergencia pediátrica; y los mendocinos Lisandro Nieri y Pamela Verasay, que también se apartaron del oficialismo. A ellos se sumó la tucumana Paula Omodeo y un grupo de radicales y aliados como Héctor Baldassi, Karina Banfi, Mario Barletta, Facundo Manes y Margarita Stolbizer, que reforzaron el bloque opositor.

En la vereda contraria, los libertarios y el PRO más duro cerraron filas detrás del Presidente, con referentes como José Luis Espert, Cristian Ritondo, Diego Santilli, Fernando Iglesias, Lilia Lemoine y Martín Menem. Hubo, además, abstenciones llamativas como las de Ricardo López Murphy y María Eugenia Vidal, que optaron por no alinearse de manera plena con Milei pero tampoco acompañar la postura opositora.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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