Trabajo infantil en Argentina: un flagelo que también golpea a Areco y la región
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En Argentina, y también en Areco, el trabajo infantil no retrocede. No por falta de marco legal, sino porque la pobreza empuja. Es un tema del que casi nadie habla, hasta que las cifras demuestran que el silencio también duele y obliga a anotarlo en las agendas políticas.

La 53ª plenaria de la COPRETI, encabezada por el gobernador Axel Kicillof, volvió a poner en agenda un tema tan urgente como persistente: el trabajo infantil. La Provincia de Buenos Aires reafirmó que seguirá invirtiendo en políticas de protección, incluso en un contexto nacional adverso, y el encuentro abrió una pregunta inevitable para el norte bonaerense: ¿Cuántos niños, niñas y adolescentes de nuestra región siguen expuestos a este flagelo?
La problemática no es nueva, pero el deterioro económico y los retrocesos en materia de políticas públicas vuelven a encender las alarmas.
Trabajo infantil en Argentina: cuántos son y dónde están
Según la Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (EANNA) elaborada por INDEC y la OIT, más de un millón de menores de entre 5 y 17 años realizan algún tipo de actividad laboral en el país.
Entre los datos más relevantes:
- 2 de cada 10 adolescentes de 15 a 17 años trabaja, principalmente en tareas informales.
- En el grupo de 5 a 14 años, alrededor del 7% participa de actividades consideradas trabajo infantil.
- Las provincias con mayor incidencia son; Santiago del Estero, Chaco, Formosa, Jujuy y Misiones
En áreas urbanas, el trabajo infantil se presenta en venta ambulante, reciclado, tareas domésticas para terceros, acompañamiento a actividades económicas familiares y changas de supervivencia.
En áreas rurales, en cosechas, horticultura, cuidado de animales, manipulación de herramientas y actividades productivas peligrosas.
La Provincia de Buenos Aires: avances, inversión y desafíos
La Provincia de Buenos Aires sostiene una de las estrategias más robustas del país a través de la COPRETI, un organismo intersectorial que articula con municipios, sindicatos, escuelas, organizaciones sociales y empresas.
Buenos Aires es, además, la única provincia que asigna un presupuesto específico para combatir el trabajo infantil, lo que permite ejecutar programas como:
- “Vacaciones sin Trabajo Infantil”, que este verano beneficiará a más de 2.500 niños, niñas y adolescentes.
- Campañas educativas en escuelas.
- Abordajes territoriales en zonas críticas.
- Dispositivos de acompañamiento para adolescentes trabajadores.
Sin embargo, los desafíos persisten. La provincia enfrenta situaciones complejas en cinturones hortícolas, economías informales, talleres familiares y áreas rurales donde la vulnerabilidad económica empuja a muchos menores a incorporarse tempranamente a actividades laborales.
Areco y la región norte: un problema presente aunque silencioso
La región norte de la provincia -incluyendo San Antonio de Areco, Baradero, Giles y Exaltación de la Cruz– mantiene índices menores que los del NOA y el NEA, pero no está exenta del problema.
Las tareas más habituales detectadas en inspecciones y relevamientos incluyen:
- acompañamiento a labores rurales familiares
- recolección de productos de huerta
- cuidado de animales
- actividades informales en ferias o comercios
- separación de residuos.
A esto se suma el trabajo adolescente no protegido en changas locales, que muchas veces se naturaliza como “ayuda”, pero constituye trabajo infantil: cuidado de niños porque se paga mucho menos que a un adulto, tareas de limpieza en hogares, apoyo en gastronomía o comercios (lavar platos, ayudante de cocina, atención en mostrador), venta ambulante, participación en talleres familiares (carpinterías, mecánicas, textiles) y reciclado informal. Aunque suelen percibirse como actividades menores, todas implican riesgos físicos, abandono escolar y explotación económica encubierta.
El contraste con la política nacional de Javier Milei
Mientras la Provincia profundiza su agenda de derechos, el Gobierno nacional de Javier Milei adopta un enfoque centrado en la desregulación económica y la reducción del rol del Estado, lo que impacta directamente en las políticas de niñez y trabajo.
Especialistas advierten que:
- La discontinuación de programas nacionales
- La reducción de equipos territoriales
- Y la ausencia de campañas de concientización. debilitan las herramientas para prevenir y detectar casos de trabajo infantil.
Si bien el Gobierno nacional sostiene que no avala esta práctica, el discurso que relativiza la intervención estatal y celebra la “libertad individual” incluso en edades donde existe protección legal obligatoria, puede naturalizar el problema en contextos de pobreza.
Un desafío que exige Estado presente
El trabajo infantil no se erradica solo con prohibiciones. Requiere inversión pública, educación inclusiva, presencia territorial, políticas sociales y articulación intersectorial.
Mientras crecen las desigualdades y aumenta la presión económica sobre los hogares, la disputa entre dos modelos -uno que retira al Estado y otro que busca ampliar derechos– definirá buena parte del futuro de las infancias argentinas.
¿Un marco normativo enorme… tan enorme como para que no se cumpla?
¿Qué dice la ley sobre trabajo infantil en Argentina?
– Menores de 16 años: no pueden trabajar.
– 16 y 17 años: solo trabajo protegido, pocas horas y sin riesgos.
– La escuela es obligatoria. El trabajo no puede reemplazarla.
Leyes clave:
- Ley 26.390 – Prohibición del Trabajo Infantil
- Ley 26.061 – Protección Integral
- Convenios OIT 138 y 182 – Edad mínima y peores formas de explotación
Provincia de Buenos Aires: la única con presupuesto propio para combatir el trabajo infantil.
Cuidar a las infancias es responsabilidad del Estado, de las escuelas, de las comunidades y de las familias.
Pero en miles de hogares, la realidad es tan dura que los chicos no eligen: la necesidad elige por ellos.

