La planta depuradora del frigorífico de la familia Lynch ya muestra resultados concretos y es observada por ACUMAR como modelo
A poco más de un mes de haberse anunciado la puesta en marcha de la primera etapa, la nueva planta de tratamiento de efluentes del frigorífico regional de San Antonio de Areco ya está funcionando con resultados visibles, medibles y validados por organismos oficiales.
En julio, este medio informó sobre el inicio de una obra ambiental inédita para la industria frigorífica local, desarrollada por la familia Lynch junto al Grupo Teva y Ambientech, con tecnología modular y automatizada, orientada a cumplir con los estándares ambientales más exigentes.
Hoy, ese proyecto pasó del anuncio a los hechos.
La etapa biológica ya está operativa

Según confirmó Justo Lynch, la planta ya incorporó el tratamiento biológico, una de las fases más complejas del sistema.
“La parte biológica la acabamos de estrenar esta semana. Estamos con pruebas y en unos 40 o 45 días va a estar todo prácticamente listo. Era algo que le faltaba al frigorífico para poder estar tranquilos y hacer las cosas lo mejor posible”, señaló.
El sistema combina pretratamiento químico y barros activados aeróbicos, logrando una reducción sustancial de la carga orgánica contaminante. El resultado es visible: el efluente sale prácticamente transparente y los olores, una de las principales quejas históricas del barrio, desaparecieron.
“Vos que estás acá, fijate: ni siquiera hay olor. Eso ya desapareció”, remarcó Lynch.
Una inversión histórica y una decisión empresarial consciente
Lynch destacó además la magnitud del esfuerzo realizado:
“Es la inversión más grande en la historia del frigorífico, por lo menos desde que nosotros estamos. Lleva tiempo y es enorme, pero cuando esté todo terminado va a ser algo muy bueno”.
La planta, además, tiene una característica poco habitual en el sector: es modular y trasladable.
“Si el día de mañana se quiere mudar o ampliar, se levanta y se arma en otro lado. Si la producción crece se agregan módulos, si baja se sacan. Eso es maravilloso”, explicó.
Tecnología inédita en frigoríficos
El responsable de Ambientech, Héctor Chechic, fue contundente al describir el alcance del proyecto:
“Es el primer frigorífico que implementa un sistema modular compacto de barros activados de última generación. Mientras muchos siguen usando lagunas, que están obsoletas y nunca cumplen parámetros, acá se resolvió en un espacio reducido y sin olor”.
Chechic subrayó que el mérito principal es de la empresa:
“El mayor reconocimiento es para la familia Lynch, que tomó la decisión de hacer una inversión importante para que esto funcione”.
Impacto positivo en el sistema público
Uno de los efectos más inmediatos es el alivio que genera en la planta depuradora municipal.
“El alivio que le das a la planta de Sanear es enorme”, señaló Lynch al tiempo de mencionar que: “Hablan de una reducción cercana al 50 %. Todo lo que sea aliviar el sistema es buenísimo”.
“Con Esteban y Jimena estuvimos trabajando desde el principio. Esteban Corletti conocía a esta gente, hicimos todas las presentaciones, las averiguaciones, y eso nos dio confianza para avanzar. Hoy Sanear está respirando, porque la planta estaba muy exigida por el crecimiento de Areco”, explicó.
El trabajo conjunto con Jimena Berardinelli y Esteban Corletti, responsables del área de saneamiento, fue clave para integrar la nueva planta al sistema existente y reducir de manera significativa la carga que llegaba a la depuradora municipal.
Esto cobra relevancia en una ciudad que duplicó su población en los últimos años y donde la infraestructura pública se encuentra exigida.
ACUMAR evalúa replicar el modelo
La presencia de ACUMAR, autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo, marca un punto de inflexión. Lucía Reynoso, responsable del área de vinculación de la Dirección de Fiscalización y Adecuación Ambiental, explicó el motivo de la visita:
“Nos interesa conocer estas plantas modulares y evaluar si pueden ser replicables en industrias de la cuenca, siempre que alcancen la efectividad que necesitamos para que los efluentes vuelquen dentro de parámetros”.
Reynoso contextualizó el proceso de saneamiento:
“Cuando ACUMAR comenzó encontrábamos frigoríficos volcando totalmente en crudo. Hoy las grandes industrias llevan invertidos cerca de 50 millones de dólares y pasamos de 6.000 kilos diarios de contaminación a cerca de 2.000”.
Del anuncio a la evidencia
Lo que en julio fue presentado como un proyecto ambiental innovador, hoy se verifica en funcionamiento, con resultados visibles, control estatal y aceptación comunitaria.
El frigorífico emplea actualmente 280 trabajadores directos, además de otros 60 a 70 indirectos, y continúa operando en un contexto económico complejo, apostando a la producción con responsabilidad ambiental.
La experiencia de Areco empieza a perfilarse no solo como un avance local, sino como un caso testigo para la industria frigorífica argentina.
El proceso fue explicado en el video que acompaña esta nota, donde se observa el recorrido del efluente desde su ingreso en crudo hasta su salida clarificada, además de los testimonios de los protagonistas y las autoridades presentes.




