Entre dos gestiones: la Provincia actúa, la Nación se retrasa. “La demora de los subsidios es inadmisible”, dijo Ratto
A casi seis meses de la inundación que golpeó a San Antonio de Areco y a sus localidades, el intendente Francisco Ratto combina gestiones, reclamos y llamados permanentes para sostener el ritmo de la reconstrucción. Pero en ese entramado de obras y subsidios emerge una situación que no se disimula: mientras elogia la respuesta del gobierno provincial de Axel Kicillof, critica con dureza la lenta respuesta del Estado nacional, que todavía no completó el pago de las ayudas prometidas a los damnificados.
“Hablé con el gobernador un domingo a la tarde, con la amenaza de crecida del río, y me atendió al toque”, recordó Ratto. Desde entonces, asegura mantener un diálogo semanal con funcionarios bonaerenses para destrabar obras clave como la del puente sobre la Ruta 41, que funciona como un “tapón” en el cauce del río Areco.
El intendente detalló que la provincia ya ejecuta una inversión importante en hidráulica y en el ensanche del cauce, pero insistió en que el problema estructural está en el puente. “Axel y Katopodis saben lo que hay que hacer. Lo hemos hablado en vivo y en directo”, sostuvo, valorando la decisión del gobierno bonaerense de avanzar con la reubicación del caño de gas, una obra compleja y costosa que debía resolverse antes de levantar la nueva estructura.
Sin embargo, Ratto no evitó señalar sus diferencias con Roberto Caggiano, administrador de Vialidad provincial, con quien dijo haber tenido cruces por el ritmo de los trabajos. “A veces esgrimió argumentos hasta políticos para no hacerlo… Me parece fuera de lugar. Yo no quiero polémicas, pero no pueden castigarnos por cómo vota San Antonio de Areco”, advirtió.
Pese a esas fricciones, el intendente admite que el rumbo provincial es el correcto: “Lo bueno es que la Provincia tiene muy claro el camino”, afirmó, valorando que el gobierno bonaerense haya decidido correr el caño de gas antes de litigar con la empresa responsable.
Ratto insiste en que hay tareas que podrían haberse adelantado y que la demora no se explica por cuestiones técnicas sino políticas. “¿Se puede adelantar tarea para el día que venga la empresa a correr el caño del lugar? Sí se puede. Y ese es mi reclamo”, afirmó. Para el jefe comunal, la decisión de esperar solo retrasa la obra y mantiene expuesto al distrito a nuevos desbordes. “Empiecen a trabajar en ese puente -reclamó- para que el día que esté contratada la empresa que corre el caño de gas puedan empezar sin ningún problema.”
El mensaje, aunque dirigido a Vialidad, tiene un destinatario claro: Caggiano. Si el gobernador Axel Kicillof y el ministro Gabriel Katopodis -a quienes el intendente reconoce como los que “entienden la situación”- comparten esa visión, van a tener que explicársela a Caggiano, que parece mirar más las líneas políticas que las urgencias hidráulicas de San Antonio de Areco.
Subsidios nacionales: el dinero que no llega
En cambio, su tono cambia al hablar de los subsidios nacionales destinados a los vecinos afectados por la inundación. Ratto reconoce la frustración de las familias que, meses después, siguen esperando los fondos prometidos.
“La demora es inadmisible, mi teléfono tiene 10 o 12 consultas por día”, dijo.
Explicó que San Antonio de Areco fue el distrito que más datos cargó en el sistema nacional, en parte porque las zonas inundadas son barrios formales donde los trámites se realizaron con rapidez. “Trabajamos mucho para que todos pudieran subirse al subsidio, pero la espera es incómoda. El dinero va a llegar, pero los gastos ya se hicieron y el poncho no aparece.”
Ratto aclaró que el municipio no tiene injerencia en la gestión de esos fondos, aunque intercede ante Nación para obtener respuestas. La promesa oficial es que los pagos se concreten la próxima semana, pero la incertidumbre persiste. “Me hubiera encantado que esto haya sido meses atrás, y todavía estamos esperando”, lamentó.
En el balance, el intendente de Areco deja entrever una dependencia mayor del gobierno provincial que del nacional, incluso cuando su alianza política pertenece al espacio libertario. Las obras que avanzan -como el ensanche del cauce o el nuevo puente en Villa Lía- son financiadas por la Provincia, mientras que los fondos de ayuda nacional siguen demorados.
Esa diferencia no pasa inadvertida: Ratto gobierna un municipio que se reconstruye junto a Kicillof, mientras critica las fallas de un Estado nacional conducido por el espacio al que él mismo pertenece. Una contradicción que, más temprano que tarde, merecerá su propia editorial.



